Probablemente los guionistas, especialmente orientados a thrillers y películas de confabulaciones, están a día de hoy entre 2 tesituras diferenciadas, o bien, considerar como un verdadero hándicap las últimas noticias que ocurren alrededor, porque entre otras cosas superan cualquier ficción y provocan que prácticamente nada sorprenda ya al gran público, o bien agradecer que éstas inspiren o hagan de semilla de nuevos guiones y películas, evitando tener que dar vueltas al coco con nuevas ideas, y asegurando éxitos a partir de narrativas cuyo impacto está más que probado sobre la opinión pública.

Dicho todo lo anterior, comenzamos con los ingredientes que podrían formar un taquillazo, uno además de los que empiezan con el típico “Basado en hechos reales”. La peli tiene de todo:

Por un lado, un papel protagonista reservado al hombre más rico del mundo, el CEO y fundador de Amazon (o mejor dicho ex CEO) Jeff Brezos, un personaje interesante, que entre otras cosas acaba de viajar al espacio gracias a otra de sus empresas: BlueOrigin, orientada a que ricachones de todo el mundo puedan dar un voltio sin gravedad durante unos minutos por cifras ajenas a cualquier realidad.

El bueno de Jeff, en 2019 se separó de su mujer MacKenzie Bezos, tras 25 años de matrimonio, dejando a ésta también en el top 5 de mujeres más ricas del mundo. El motivo de la ruptura, un escarceo amoroso con Lauren Sanchez, una llamativa presentadora de TV (por ahora tenemos de todo en el guión: dinero, amor, infidelidades, naves espaciales…).

Ahora añadimos más picante a la peli, el divorcio vino motivado por unas fotos y mensajes obtenidas por el National Enquirer, un medio sensacionalista que filtró el pastel al más estilo Sálvame. Este medio además apostó muy fuerte, y no conformándose con los beneficios de la primicia, trató de chantajear a Jeff, con publicar las fotos picantes en pelotillas que se intercambiaban ambos amantes a través del móvil, consiguiendo incluso que entre la espada y la pared, el protagonista terminara contratacando, y publicando en su perfil de Medium un valiente post, dónde no sólo reconocía la infidelidad, sino que además detallaba el intento de chantaje (los del National tampoco fueron muy listos y hay pruebas escritas), e íba además mucho más allá: https://medium.com/@jeffreypbezos/no-thank-you-mr-pecker-146e3922310f

Y con mucho más allá, me refiero a que Jeff insinuó que todo era una campaña orquestada, y sinceramente, hay mimbres que apuntan a ello.

Por un lado los intereses en hacer daño del National Enquirer, que no es un medio cualquiera al azar, pertenece al grupo American Media Inc, dónde el CEO David Pecker es intimisimo de Donald Trump (el expresidente de pelo incomprensible, que hasta hace nada ocupó la Casa Blanca). Y es que de trasfondo, hay un histórico enfrentamiento entre Jeff y Trump, y de hecho debe constar, el primero es dueño también del Washington Post, medio siempre muy crítico con el ex-presidente.

Pero es que además, y lo más importante, Jeff contrató al especialista en ciberseguridad Gavin de Becker, que asocia el robo de los datos obtenidos por el National Enquirer a la trama Arabia Saudí, y es que este país se la tenía jurada a Jeff, especialmente por la cobertura del Washington Post a la muerte de Yamal Jashogyi: https://es.wikipedia.org/wiki/Yamal_Jashogyi, un famoso periodista asesinado por el régimen saudí en plena embajada en Turquía, cuyo caso dió la vuelta al mundo hace ya 3 años, y conllevó duras críticas internacionales y movimientos diplomáticos.

Y ahora dejemos un poco de lado el guión de la película, para pasar al aspecto más técnico, orientado además a la temática de este blog, ¿cómo es posible robar los datos del smartphone del hombre más rico del mundo? Adelanto la respuesta: Pegasus.

Pegasus es un software de la empresa israelí NSO Group, que desarrolla además otras herramientas del estilo. Este software está asociado entre otros, al caso de Jeff Brezos y al asesinato de Yamal Jashogyi, pero hay más. Recientemente, una investigación liderada por The Guardian, el Washington Post y entidades como Amnistía Internacional, ha desvelado el verdadero alcance de Pegasus, capaz de robar datos incluso de entornos famosos por su seguridad, como los de Apple. De hecho esta noticia está muy en boga en estos momentos, y seguro habéis oído mencionarlo en los medios de comunicación habituales.

Entonces, sobre el papel, tenemos que Pegasus es un software capaz de robar los datos de un smartphone, independiente de si es Android e iOS, con el que NSO Group se ha hecho multimillonaria, y que en principio venden con la premisa de que sólo se lo facilitan a entidades gubernamentales, y con el objetivo exclusivo de combatir el terrorismo y ciberdelincuencia.

Sin embargo, en la realidad, la investigación mencionada, tirando del hilo del asesinato de Jashogyi, llega a la conclusión de que existe una base de datos de más de 50.000 ciudadanos comprometidos, y de entre ellos, han conseguido poner nombre y apellidos a más de 1000, repartidos por más 50 países. La mayoría, peces gordos y disidentes: 600 políticos de nivel, 65 grandes ejecutivos, 85 activistas, decenas de miembros de la familia real…

La realidad por tanto, es que Pegasus está mucho más difundido de lo que han querido hacernos entender, de modo que es accesible para el mejor postor y para cualquier fin. A nivel nacional, España es uno de los países europeos listados, que ha contratado estos servicios, presuntamente contra políticos catalanes. 

Si queréis más detalles, Amnistía Internacional ha publicado un informe: https://www.amnesty.org/en/latest/research/2021/07/forensic-methodology-report-how-to-catch-nso-groups-pegasus/, dónde detalla cómo Pegasus puede infectar un smartphone, y la información que puede obtener de éste, que adelanto es prácticamente toda (mensajes, correos, fotos, ficheros, micrófono…)

Si os va más las imágenes a gran pantalla que la lectura, también es posible esperar un par de años a que salga la pelí, o quizá no… en este sentido, depende incluso de los mismos protagonistas, al fin y al cabo son ellos además los dueños de los medios capaces de desarrollar y difundir el film, aunque la verdad, por ahora no me imagino algo así en mi suscripción a Prime video.