Probablemente nadie se ha librado de tener problemas para gestionar trámites a través de la Administración pública, incluso aunque se trate del más sencillo. Es algo por lo que tarde o temprano hay que pasar. Lo único bueno, es que en general, el ciudadano o ciudadana de a pie, únicamente ha de realizar un par de trámites de este tipo al año, con lo que aunque temidos, al menos el mal trago es esporádico. Peor lo tienen los que por su trabajo o situación, se enfrentan a estas gestiones a menudo, encontrándose trabas y peleas continuas.

Todo lo anterior es el preámbulo para desahogarme un poco respecto al último trámite por el que nos ha tocado pasar en casa, que del todo ha supuesto una situación rocambolesca.

En concreto se trata de la obtención de un justificante de empadronamiento para la admisión de una de mis hijas en el cole. Empezamos por la lógica de pedir ese documento, es decir, no tiene sentido que la Administración pública te solicite una información que ya tiene, porque de hecho el documento que piden se lo vas a proporcionar a través de otra gestión en la propia Administración pública. Para más inri, el documento se solicita teniendo ya otra hermana matriculada en el centro, lo cual tiene aún menos sentido, ya que son datos duplicados en la misma entidad.

Ahora vamos a ver cómo obtienes el famoso padrón, que es a nivel municipal, es decir, tienes que empezar por buscar el trámite dentro del portal web oficial del ayuntamiento de turno. Esa búsqueda en mi caso (seguramente en otro ayuntamiento sea diferente), lleva a un formulario online, y entonces es cuando piensas bueno, vale, genial, al menos está digitalizado el tema, será cuestión de usar el certificado digital o Cl@ve y obtener el documento rápidamente, todo de modo telemático y en un momento. 

Pues no, desgraciadamente no, decidieron en efecto poner un formulario online, en plan estamos digitalizados, esta es la Administración 2.0, pero en realidad el formulario más bien está de pega, y me explico …

En efecto tienes que completar el formulario desde la web, pero éste sólo es una petición, en plan os transmito que quiero este documento, pero en realidad no tiene mayor funcionalidad, no te proporciona el documento en cuestión, y peor aún, el resto del trámite continúa en modo manual.

Lo primero de todo, tras cumplimentar la solicitud, es pagar, lo cual también es sorprendente, la Administración te pide unos datos que ya tiene, y además te hace pagar por obtenerlos, hay que reconocer que en lo relativo a recaudación, son unos auténticos cracks.

El método de pago aceptado es sólo mediante transferencia, por tanto el siguiente paso es meterse en la aplicación del banco y ejecutar la susodicha transferencia. Pero aquí no termina el tema.

Una vez tramitado el pago, debes enviar el justificante de pago a una dirección de correo electrónico, en plan nos has pagado pero sin justificante no nos fiamos ¿?…

En todo caso, el trámite continúa. Has hecho la petición, has pagado y has remitido el justificante de pago, pero ahora tienes que acercarte a recoger el documento en persona, y es este requisito de que alguien se acerque presencialmente el que termina de rematar todo el despropósito anterior, para eso ¿no es más rápido acudir a ventanilla directamente y pasar de formularios e historias de pega?

Pues ojo, que todavía no hemos acabado, debido a las restricciones de covid, no puedes presentarte así como así para recoger el famoso certificado, debes tramitar telemáticamente una cita previa. 

Llegados a este punto, como todo resulta tan increíblemente ineficiente, decides resolver dudas por correo electrónico, dónde te responden que al haber tramitado el formulario y pago, puedes acercarte directamente sin cita.

A todo esto, puesto que sólo atienden de mañana y te pilla currando, pides el favor al típico familiar (hola abuel@s), para que recojan por tí el documento, esto aún genera más papeleo: fotocopia de los DNIs de los padres, justificante firmado para el representante.

Pero la broma continúa, y la sorpresa es que por fin cuando os presentáis a recoger el justificante, os encontráis un: “donde dije digo, digo Diego”, y la persona que está en la puerta  del Ayuntamiento, te indica que no te deja pasar sin cita previa. 

Tras discutir, y enseñar una copia del correo dónde señalan que no necesitas cita en esta circunstancia (afortunadamente eres previsor, conoces a dónde vas, y llevas impreso todo cuanto tienes, aunque sea ilógico y un gasto de papel innecesario para el medio ambiente), por fin te dejan pasar, no sin dejarte claro que te están haciendo el favor de tu vida, a modo queda la cuenta pendiente, con lo que te queda el temor de que el día de mañana la persona de la puerta quiera solicitarte un riñón, o un préstamo por el superfavor que te hizo años atrás.

En todo caso, y ya como remate, cuando por fin llegas a ventanilla, y comienzas a sacar todo: DNIs, justificantes de pago, el correo de cita, el justificante de pago… la persona que atiende con los peores malos modos que puedas imaginar en este tipo de sitio, te salta que dónde vas con tanta mierda de papeles. Y es que esto último da para otro artículo, aunque ya no orientado a digitalización: realmente hay personas que parecen tener un bonus en su sueldo relacionado a comportarse del modo más desagradable posible con los demás ¿por qué? ¿qué sentido tiene tratar de hacer pasar un mal rato a los que además no van allí por gusto?

En fin, esta anécdota en general, además de para tratar de pasar el rato, tiene como objeto demostrar la ineficiencia de la digitalización en la Administración pública, pero es importante notar que no está relacionada a nada grave que no podamos solucionar dando alguna vuelta más de la necesaria. Sin embargo, desgraciadamente estos problemas se presentan en otros ámbitos críticos, como la Sanidad, donde resulta inverosímil que a estas alturas de la vida, no haya una solución definitiva a los problemas arrastrados desde hace años. Y es que cada Comunidad es de facto una Administración independiente, y cuestiones como historiales médicos pueden quedar en el limbo entre unas y otras. Eso sin contar una situación de pandemia como la actual, ¿Cómo hubiera podido ayudar en un primer momento ante la lucha contra una nueva enfermedad, poder tener una base de datos conjunta de información, prueba de medicamentos y resultados médicos a nivel nacional? Seguro que cuanto menos podrían haberse adelantado medidas con el uso de Big Data.