Cada vez proliferan más y más las empresas dedicadas a borrar datos de internet, lo que antes parecía algo excepcional, ahora es un negocio reglado y extendido. Lo cual además de curioso, resulta preocupante cuando haces una reflexión más seria, es decir, ¿hacia dónde nos dirigimos en este mundo conectado, en el que surge la necesidad de contratar a profesionales para que borren nuestro rastro de internet? 

Las opciones y precios de estas empresas especializadas son variadas, pueden ir desde los aproximadamente 100€ para borrar un enlace de una foto o video en internet, a los 600€ para tratar de eliminar información dañina de un medio. Normalmente ofrecen servicios bien definidos en coste y condiciones, y además es posible ir más allá solicitando trabajos personalizados, todo ello bajo una correcta asesoría legal.

Por poner varios ejemplos, servicios típicos son eliminar menciones dañinas en medios de comunicación, datos personales publicados en el BOE, enlaces en redes sociales de todo tipo (facebook, twitter, tiktok, youtube…), ayuda a ejecutar el famoso “derecho al olvido”, borrar reseñas dañinas a tu negocio en los típicos sitios de opinión, eliminar reclamaciones judiciales archivadas, o antecedentes penales pasado el tiempo legal, tratar de borrar contenidos de tipo sexual o datos de personas fallecidas… En fin, hay casos de todo tipo y colores.

Algunas referencias de empresas reconocidas en este tipo de labores son: https://www.eliminamoscontenido.com/, https://www.eprivacidad.es/, https://www.repscan.com/, https://borrame.es/ en sus webs podéis ver un poco de qué va el rollo.

Como ejemplos prácticos, pues los tipos de servicios antes comentados multiplicados a la enésima potencia, y es que para cada tipo, hay cientos de casos concretos de personas con nombres y apellidos: videos sexuales en la red publicados por una ex-pareja, fotos o videos de redes sociales que pueden perjudicar la imagen social a la hora de buscar trabajo, noticias en las que una persona sale perjudicada, personas que han cambiado de vida y quieren romper con su pasado… y ojo, que estas situaciones no tienen por qué ser nada malo ni delictivo, una persona pudo en el pasado dedicarse al mundo de la TV o famoseo, y ahora tratar de vivir una nueva vida con cierta tranquilidad y privacidad. También, hay repunte de jóvenes que han realizado trabajos de modelo o de índole sexual, y ahora se arrepienten, y son incapaces de borrar ese pasado.

En el ámbito empresarial, pues igualmente cientos de ejemplos más, empresas de la competencia que publican contenidos dañinos, difamaciones sobre un negocio en la red, reseñas en sitios de opinión, noticias o resoluciones públicas del BOE que dañan la imagen, y prácticamente cualquier cosa que se nos ocurra, porque hoy en día, para lo bueno y para lo malo, todo acaba en la red.

Y me gustaría recalcar la anterior frase, que todo está en la red, porque las consecuencias pueden ir más allá de que en una candidatura de trabajo te perjudique que descubran una foto borracho que colgaste con 20 años en Facebook, o que tu negocio sufra por una competencia desleal que trata de calumniarte, o que al introducir tu nombre en Google aparezcas en concurso de acreedores, desgraciadamente, las consecuencias pueden llevar como ya se ha visto en diversas ocasiones a una angustia personal insoportable e incluso al sucidido, sobre todo en chantajes y videos de carácter comprometedor o sexual.

Como apunte añadido, recalco lo comentado en otros artículos del blog relacionados a privacidad, con todo, aquí somos relativamente afortunados, y es que las leyes europeas son de las más respetuosas en este sentido, y la conocida como “Ley del derecho al olvido” es un gran paso a favor de la privacidad de las personas. Desgraciadamente, esto puede quedarse corto en un mundo globalizado, y pueden producirse situaciones casi cómicas, como que un enlace sea eliminado del Google europeo (los buscadores Google de dominios en Europa), pero no del estadounidense, dónde esta ley de derecho al olvido no aplica, de modo que el contenido sea “olvidado” pero sólo para una parte de internet.

Por último, me gustaría despedirme con unos apuntes importantes:

  • El primero de todo, que no es necesario hacer siempre uso de estos profesionales para eliminar nuestra huella en la red. En internet hay muchos tutoriales para borrar nuestros datos, sobre todo los relacionados a redes sociales o cuentas de servicios de referencia, además lo normal es que estos mismos servicios (sobre todo si ejercen en Europa) te indiquen a través de sus FAQs de ayuda o soporte, cómo hacerlo. Por ejemplo, el siguiente enlace es un punto de encuentro que directamente nos lleva a los formularios de baja de los principales buscadores existentes: Bing, Google y Yahoo https://www.aepd.es/es/areas-de-actuacion/internet-y-redes-sociales/derecho-al-olvido
  • Lo segundo es que no siempre es posible borrar una información determinada, y la empresa que asegure lo contrario miente, y esto es algo que debemos tener en cuenta.
  • Lo tercero es que la eliminación del contenido, no siempre es como quizá cabría pensar: se borra y desaparece. A veces en efecto se elimina por completo, otras se acuerda eliminar la indexación (la información sigue publicada, pero no es accesible a través de buscadores), otras se aplican técnicas de ofuscación (por ejemplo pixelar una cara en una fotografía), y otras eliminan el contenido parcialmente, como por ejemplo la ley europea que no aplica fuera.
  • Y lo cuarto y último, elige un buen compañero de viaje. Muchas empresas (seguramente las mismas que aseguran que todo se puede borrar), abusan del Black SEO, es decir, tratan de esconder el contenido en los buscadores. Eso es un problema por 2 motivos, el primero que el contenido no se borra en realidad, y el segundo que pasado el tiempo, el efecto de ataque SEO termina, y vuelve a aparecer en los primeros resultados.