Últimamente tengo la sensación de que el tema de cursos y formación on-line se nos ha ido un poco de las manos, y ojo que no es una crítica en sí a los mismos, me refiero a que como bien dijo Aristóteles y prácticamente se puede aplicar a todo en esta vida: “la virtud está en el medio”, y ese medio nos pilla un poco lejos.
Aclaro antes de nada, que si tengo que elegir, el otro extremo es mucho peor, aún recuerdo mi primera experiencia seria en el mundillo de la informática hace algo así como 20 años, fue programando un ERP corporativo en PHP. Entonces ese lenguaje era algo novedoso, e internet estaba en pañales, de modo que encontrar recursos de formación era todo un desafío, básicamente salías adelante siendo autodidacta, imaginativo y constante (prueba y error) -y teniendo al lado un pedazo libro a modo de biblia, que contenía un listado de todas las funciones PHP disponibles-.
Por contra, ahora salen portales y academias de formación en internet a patadas, y más con el tema del covid-19, que provocó que mucha gente en casa se lanzara a ponerse al día haciendo cursos y ampliando conocimientos. Esta gran oferta por un lado es genial, porque pone al alcance de todos formaciones dirigidas, fáciles de consumir, y esenciales además para la supervivencia y eficacia del negocio, y para más inri, lo propone en plataformas de aprendizaje avanzadas y flexibles, que son una maravilla.
Sin embargo, este escenario es también un territorio hostil con cientos de sacacuartos que terminan siendo un fraude, hablo de formaciones que dicen ser una cosa y terminan siendo otra, que son mucho más light de lo que hacen creer, o directamente que vienen a ser estafas orientadas a engancharte a realizar un curso tras otro a base de promesas incumplidas, tratando además de llegar al máximo número de víctimas posibles con tu complicidad inconsciente (que si da un like, que si valora con estrellas, que sí comparte con tal número de amigos…).
Esto afecta también a los centros de formación serios, que de repente se han encontrado con una competencia feroz, y han tenido que adaptarse como pueden, por un lado bajando precios para adecuarse a la oferta, por otro invirtiendo grandes recursos en promoción y posicionamiento online para no desaparecer en los buscadores, una combinación que hace difícil mantener la calidad formativa de siempre.
Y es un problema también para las personas, y es que llegado el caso, ante una oferta de empleo, la titulitis juega su papel, y es probable que se lleve el gato al agua el currículum de una persona con 50 cursos “lights”, frente al de otra mucho mejor preparada y autodidacta, que ha dado más importancia a conocer cosas que ha obtener certificados y sellos. De modo que la primera puede verse sorprendida al verse en un puesto de trabajo para el que realmente no está cualificada, y la segunda verse deprimida por no terminar de conseguir acceder a puestos para los que está sobradamente preparada. Rizando el rizo, ésta segunda además, es probable que termine haciendo cursos para engordar currículum y revertir la situación, es decir, la pescadilla que se muerde la cola.
A modo resumen, destacaría que la formación es imprescindible en el mundo de las nuevas tecnologías. Todo se mueve, todo evoluciona, y has de adaptarte, y no sólo eso, es importante además adelantarse, estando al tanto de las nuevas tecnologías que surgen, ya sea por simple curiosidad o con ánimo innovador.
Pero, y este es el quid de la cuestión, este conocimiento no tiene por qué venir de cursos o títulos de pago de academias online o similar, sino que de manera autodidacta, y natural puede llegar a través de la experiencia del día a día, pegándose con los desafíos a los que tienes que hacer frente, o de recursos que no te van a dar un certificado pero son aún más válidos, guías, manuales, blogs, webinars o incluso medios como youtube. Todo lo anterior, no se contabilizará por decirlo de algún modo de cara afuera, pero para cada persona termina siendo su know-how diferencial, un conocimiento del día a día, que al menos desde mi punto de vista, es el más práctico y valioso.
Todo el tocho de texto anterior – no puedo evitar enrollarme- viene a colación de que recientemente me certifiqué en el exámen de Microsoft: AZ-900 Microsoft Azure Fundamentals: https://docs.microsoft.com/es-es/learn/certifications/exams/az-900. Y básicamente lo hice por 2 motivos concretos, el primero curiosidad pura y dura, conocer de primera mano cómo va lo de obtener un certificado de ese estilo, ya que normalmente soy de los del método autodidacta y buscarse la vida, y el segundo porque me salió gratis (ronda los 100€).
Comenzamos, y lo primero destacable es que hay muchas certificaciones de Microsoft que salen de gratis a través de los llamados Virtual Training Days: https://www.microsoft.com/es-es/training-days, básicamente se trata de asistir a una charla técnica que dura aproximadamente media mañana, y que de paso te prepara para la certificación correspondiente. Simplemente con asistir, ya tienes derecho a hacer el exámen gratis. En el portal inglés, suele haber además más opciones y fechas disponibles: https://www.microsoft.com/en-ie/training-days.
Otra cosa que me sorprendió, es la cantidad de recursos on-line que hay para preparar el exámen, empezando por la propia Microsoft, que pone a nuestra disposición la plataforma gratuita Learn: https://docs.microsoft.com/es-es/learn/browse/, con formación de todo tipo, mucha de ella dirigida a sacar certificaciones concretas.
También es posible encontrar en internet información útil, desde blogs dónde cuentan detalladamente cómo preparar el exámen, y la experiencia propia de hacerlo, hasta portales dónde es posible realizar pruebas y tests gratuitos.
Incluso, hay opciones “de pago”, del tipo a las que hemos hablado durante el presente artículo, centros de formación online que por un módico precio te preparan para realizar el exámen.
Mi recomendación, es que no hace falta nada de esto, si tienes algunas nociones básicas sobre cloud, y sobre todo unos conceptos asentados, te vale con asistir al Virtual Training para empaparte un poco de la jerga de Microsoft (y si conoces Azure más si cabe todavía).
Y si quieres ir a lo seguro, basta con echar un vistazo rápido al módulo correspondiente de Microsoft Learn y hacer algún test. Hay que tener en cuenta que en este ejemplo, la certificación es de tipo fundamentals, es decir, no tiene nada del otro mundo.
Respecto a lo que es hacer el exámen, pues algunas curiosidades, la primera que al programarlo propone hacerlo en idioma inglés o japonés, elegí el primero, pero luego me lo terminé encontrando en español. La segunda que es posible hacerlo de forma remota o en centros asociados, elegí la primera y la experiencia fue buena, simplemente indicar que te recomiendan conectarte media hora antes de la hora fijada para prepararlo todo, yo lo hice con 15 minutos y efectivamente andé justo. El software y conectividad del equipo estaban probadas, pero has de llevar a cabo varios trámites, como escanear con el móvil tu DNI, hacerte una fotografía, y enviar fotos del lugar en el que realizarás el exámen para que comprueben que no tienes otros equipos cerca… nada complicado, pero lleva un rato.
Para terminar indicar que el examen es de tipo test, te dan un tiempo máximo, posibilidad de descanso y la opción de revisar preguntas al final. Si lo llevas más o menos preparado, te sobrará bastante tiempo. Además nada más terminar te dicen si has aprobado o no, y unas horas después te envían un correo electrónico para descargar el certificado. Fácil y sencillo.
A la pregunta de si lo recomendaría, pues si y no, es decir, si tienes tiempo libre y quieres poner algo bonito en tu CV o perfil de linkedin, pues es una opción genial, más además si cabe saliéndote gratis, y llevando un nombre como el de Microsoft. Pero al hilo de lo que comentábamos antes, la cuestión fundamental es si vas a saber utilizar Azure en condiciones simplemente por tener ese certificado, y eso sinceramente no lo tengo tan claro.