Seguramente lo primero que haces al conectarte a la oficina sea abrir el correo electrónico, es tan típico como el primer café mañanero. Y en la bandeja de entrada, pues encuentras de todo, desde cosas prioritarias que marcas como importantes o no leídas inmediatamente, a correos que van directamente a la papelera sin pasar más allá del asunto, mensajes relacionados a avisos o reportes automáticos, listas de correo, y en general un largo etcétera de textos y tareas a revisar de todo tipo.
Y entre todo lo anterior, es más que probable que cada día encuentres los mismos correos relacionados a marketing y publicidad, que borras sistemáticamente día tras día porque no te aportan absolutamente nada.
Es posible también, que por criticidad debas consultar el correo periódicamente a través del smartphone, una especie de “siempre conectado”, incluso después de tu jornada laboral habitual, lo que desgraciadamente es más que habitual en este país. E igualmente, supondrá un problema recibir una notificación en el teléfono relacionada a un correo nuevo para encontrarte simplemente el típico e-mail publicitario.
Entonces vamos a ver cómo podemos, desde el punto de vista de usuario final, evitar recibir en nuestro correo suscripciones innecesarias, que pueden tener diversos orígenes, desde el interés que mostramos hace años en un determinado tema, realizando la suscripción conscientemente, a la suscripción automática que nos han hecho por el motivo que sea sin darnos cuenta, y con ello me refiero a que por ejemplo nos hayamos alojado en un hotel y en el check-in hayamos proporcionado nuestro e-mail y firmado sin leer que ello conlleva la suscripción a su newsletter, o que hayamos descargado una app en el móvil para una determinada tarea que por defecto activa notificaciones por este medio de comunicación.
Primer método: utilizar el enlace de baja
Este es el método estándar y más elegante de hacer las cosas. Desde el 2003, todas las compañías están obligadas por ley a proporcionar un enlace de baja accesible en el propio correo de marketing enviado. Localizarlo es bastante sencillo, siempre se encuentra en la sección inferior o pie del correo. Este es un ejemplo de cómo aparece esta opción en un e-mail cualquiera de Linkedin:

Segundo método: utilizar funciones de baja integradas en tu sistema de correo electrónico
Algunos sistemas de correo, facilitan directamente la baja de este tipo de suscripciones. Para ello, deben incluir esta capacidad integrada, y además detectar correctamente el correo como de tipo lista de distribución. Servicios típicos como Gmail u Outlook poseen esta funcionalidad, y en general funciona bastante bien. De modo que junto al nombre del emisor del correo, permiten cancelar directamente la suscripción.
Este es un ejemplo de correo de Pinterest, junto con la opción de cancelar suscripción al lado del remitente:

Tercer método: funciones de spam o marketing en tu sistema de correo
En cualquier plataforma de correo, es posible etiquetar un correo cualquiera como de tipo SPAM, para que el sistema etiquete e-mails sucesivos de esta manera automáticamente y dejen de llegar a la bandeja de entrada principal.
También es posible configurar filtros personalizados, del tipo correos con este remitente deben ser eliminados, priorizados de tal manera, o trasladados a este lugar concreto.
Pero ojo, con este sistema debemos tener en cuenta que no evitamos recibir el correo electrónico en cuestión, simplemente configuramos que se traslade a un sitio concreto o por decirlo de alguna manera, que nos pase desapercibido y deje de molestarnos. Lo suyo, es evitar el envío por completo, lo cuál sólo se puede hacer a través de un método de baja de suscripción.
Cuarto método: uso de plataformas específicas
Existen diversas soluciones dedicadas exclusivamente a facilitarnos la baja de suscripciones de correo.
Su uso es muy sencillo, a través de la plataforma elegida, nos autenticamos en nuestro correo electrónico, y nos proporcionan una interfaz clara con todas las suscripciones detectadas, junto a la opción de mantenerlas o eliminarlas.
No obstante, y muy importante, desaconsejamos por completo utilizar este tipo de soluciones. El motivo es que terminamos dando el acceso a nuestra cuenta de correo, algo más que crítico en lo relativo a privacidad, a una plataforma que lo más probable es que tenga como negocio precisamente, la comercialización de nuestros datos personales.
Como ejemplo, unroll.me, una solución de este tipo que se hizo muy popular, y actualmente incluso no está permitida en Europa, que en 2017 fue controvertida al demostrarse que comercializaba los datos de sus usuarios con Uber.