Hablar de digitalización en la empresa, es hablar de oportunidades. Por tratar de definirlo de una manera formal: La digitalización, que básicamente consiste en integrar nuevas tecnologías en la empresa para potenciar su proceso de negocio, al final directamente está ligada a una mejora de competitividad, lo que se traduce en una mejor eficiencia y mayores beneficios.
Desgraciadamente, en este contexto, queda mucho por recorrer en España, sobre todo a nivel de microempresa, los obstáculos son muchos, pero en general creo que existe un problema fundamental: la falta de una cultura digital y conciencia innovadora.
En todo caso, no quiero profundizar ahora en por qué una empresa debiera o no digitalizarse, o en qué escenario concreto nos encontramos, lo que voy a tratar es de encontrar causas típicas de que una empresa, decidida a digitalizarse para mejorar, al final no termine como caso de éxito sino todo lo contrario.
En primer lugar destacaría la falta de cultura digital de la que hablé también como escollo para dar el primer paso. Y es que en ocasiones, una empresa no se digitaliza por iniciativa propia, sino porque no queda más remedio, se ha quedado atrás respecto a la competencia, y de repente y a toda prisa quiere mejorar procesos arraigados, que realmente no quiere tocar. Ejemplos típicos, la digitalización de una oficina que luego no sirve para nada porque debido al peso de sus costumbres, desde el director al último oficinista duplican procesos o vuelven a la manera de trabajar tradicional en papel. O la modernización de una cadena con tablets o autómatas, que cae en saco roto porque los operarios siguen con las metodologías de toda la vida.
Otro motivo fundamental es el compromiso, cuando decides digitalizar tu negocio, debes comprometerte y hacer un gran esfuerzo. Por un lado previa a la digitalización, es necesario que dediques tiempo junto a especialistas, para analizar todos los procesos de tu empresa, detectando puntos débiles y fuertes, tratando de pormenorizar todos los elementos de la ecuación: personal, equipos, competencia, clientes… por otro lado decidido el plan de digitalización, hay que implicarse en mantenerlo en el tiempo. Un ejemplo típico y muy repetido, el portal web de una empresa. En un momento dado se ve como algo muy necesario, ya sea porque la competencia tiene uno, para dar visibilidad al negocio, o incluso como oportunidad de comercio on-line, pero resulta que no participas ni te comprometes durante la toma de requisitos y desarrollo web, quedando como resultado un portal demasiado genérico; y por otro lado, una vez tienes la web, te desentiendes para siempre (ya tengo web y ya he cumplido), ignorando que no es sin una actualización y esfuerzo constante, cuando esta herramienta te va a proporcionar nuevas oportunidades de negocio.
Y finalmente como tercer pilar fundamental, destacaría a tus compañeros de viaje. Si una empresa dispone de un equipo TIC, su nivel de digitalización depende directamente de las capacidades e implicación de sus miembros, son los primeros que deben plantear mejoras en los procesos de digitalización, aunque ello requiera una subcontratación externa de determinadas tareas, que como es lógico deben supervisar.
Por otro lado, cuando decides subcontratar todo fuera, porque no dispones de personal TIC, la elección de un proveedor adecuado es fundamental, ya que va a ser quién sea capaz de potenciar tu negocio o no.
Ejemplos típicos son los de departamentos de informática que aunque parezca increíble no poseen una cultura innovadora, y se encuentran arraigados en una zona de confort, o proveedores que simplemente quieren venderte la moto, dejarte tal equipo o tal software en tu empresa y lavarse luego las manos, en cuanto a soporte y explotación, o en cuanto a que lo que te han vendido, realmente no es lo que necesitabas.
En mi día a día he visto de todo, pero como trato de orientar este espacio a empresas o negocios “pequeños” o con menos recursos, trataré de poner un ejemplo en este contexto bastante descriptivo:
Un buen amigo mío tiene varios gimnasios de gran éxito. Él es un fenómeno en lo suyo, además de que combina vocación y afición a partes iguales, siempre está al día de nuevas tendencias, equipamientos novedosos, y formación constante para mejorar, … El caso es que en un momento dado me planteó llevarle el tema de redes sociales y presencia on-line, en resumidas cuentas lo que hoy en día es la figura de community manager. Su objetivo tratar de mantener al día y captar clientes a través de los medios típicos: web, instagram, facebook, twitter, youtube…
Entonces comencé a hablar con él de lo que era necesario para algo así (el plan de digitalización), y me dió la sensación de que le asusté un poco, es decir, básicamente él lo que quería era poder desentenderse del tema, dejar en manos de un especialista su presencia on-line y centrarse en la actividad fundamental de su negocio, que es lo que mejor sabe hacer.
Y yo lo que le planteé, es que para lograr resultados debía implicarse en ello y dedicar tiempo y recursos… es decir, si quieres subir videos a youtube, yo (u otra persona) te los podemos maquetar y poner bonitos, pero el que va a salir en el video como es lógico eres tú, o tus compañeros y clientes, y eso hay que organizarlo. Si vas a gestionar un instagram o un facebook corporativo por ejemplo, lo suyo es mantener una periodicidad de actualización fuerte, subir cosas periódicamente, y eso también requiere una implicación. Si subes una fotografía, y más en un negocio de este estilo, ha de ser de tu gimnasio, no de un banco de imágenes libre, y si vas a hablar de algo, debes aportar tú los contenidos, ya que ninguna empresa especializada en marketing online va a saber más de tu trabajo que tú mismo, es decir, lo que va a dar valor diferenciador al contenido de tus redes sociales o web son tus conocimientos, lo que haces, tus procesos de última generación, y esas charlas de métodos de entrenamiento o dieta alrededor de 1 cerveza que a veces me das, es decir, tienes que dedicar tiempo, o tú directamente, o uno de tus empleados, de otro modo no va a ser un caso de éxito.
Como amigo mi consejo fue, si te parece invítame a unas cañas, y en un primer momento lo que hago es ir una tarde allí y formaros para que podáis autogestionarios, simplemente familiarizarse con cosas como hootsuite, mailchimp, google analytics… empieza con tus propios medios, y si el día de mañana quieres más, pues habla de nuevo conmigo o con especialistas en marketing online.
En fin, me consta la historia anterior no es que sea genial, pero creo pone de relieve un problema de digitalización típico, realmente no sé qué va a hacer mi amigo con este tema. Pero si sé, que si en lugar de hablar conmigo, habla con algún indeseable (que los hay), es más que probable que ahora mismo estuviese pagando una mensualidad a una empresa de marketing, para que le suban contenidos genéricos e insulsos en redes sociales, sin un análisis y objetivos de resultados, cuando lo suyo es precisamente establecer unos hitos concretos de cada campaña de marketing social, y revisar qué está fallando si no se consiguen.
En resumidas cuentas, digitalizarse puede ser duro, pero trae consigo unas ventajas que creo merecen la pena a largo plazo, pero en todo caso, lo que no debemos hacer nunca es quedarnos a medias, porque al final poco o mucho, vamos a hacer un esfuerzo, vamos a incurrir en unos gastos, y es triste que sea en balde.